El mercado de los vehículos eléctricos ha experimentado un cambio significativo antes y después de la pandemia de Covid-19. Si bien las ventas de estos automóviles aumentaron de manera importante después de la crisis sanitaria, en las últimas semanas se ha observado una disminución en las matriculaciones. En julio, las ventas cayeron un 3,7 % y desde enero hasta este mes, se han vendido 69.807 unidades en toda España, casi un 2 % menos en comparación con el año anterior, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.
Joan Blancafort, presidente de la Federación Catalana de Vendedores de Vehículos Motor (Fecavem), señala que entre las razones de esta desaceleración se encuentra la „falta de confianza de los futuros compradores“, las dificultades para encontrar una red de recarga extensa y los retrasos en la recepción de las ayudas estatales para adquirir vehículos de estas características. Blancafort destaca que Barcelona cuenta con una buena infraestructura de puntos de recarga, pero reconoce que el problema surge al querer desplazarse y viajar por el resto de Cataluña o España. Considera que es necesario invertir para mejorar la red, ya que actualmente hay 1.000 puntos de carga en la ciudad y se espera llegar a los 3.000 para el año 2025.
Una de las medidas impulsadas por el Gobierno español para incentivar la venta de vehículos eléctricos es el programa Moves, que ha sido extendido hasta el 31 de diciembre. Este programa permite a las personas que deseen comprar un coche eléctrico por motivos personales o profesionales acceder a ayudas. Sin embargo, Blancafort lamenta los retrasos en la recepción de estas ayudas, que en algunos casos pueden demorarse hasta un año y medio.
Jaume Banús, gerente de Ronda 15, destaca que la implantación del coche eléctrico en Europa está mucho más avanzada que en España. A pesar de ello, considera que Barcelona es líder en la adopción de medidas que impulsan la movilidad urbana sostenible. Banús afirma que se debe facilitar al consumidor la transición hacia la movilidad sostenible y también reclama mejoras en las ayudas del programa Moves y en la red de puntos de carga.
En cuanto a la infraestructura de recarga, Banús señala que aunque existen puntos de carga, muchos de ellos no están operativos, y considera que sería beneficioso unificar el sistema de pago en las electrolineras. Aunque la meta del gobierno español de tener 5 millones de coches eléctricos para 2030 y que todos los coches matriculados en 2035 sean electrificados puede parecer optimista, el sector avanza en esa dirección. Un ejemplo de ello es el acuerdo entre Polestar y Cabify para aumentar la flota de la compañía con 100 coches eléctricos, 50 en Madrid y 50 en Barcelona.
En resumen, el mercado de los vehículos eléctricos en España ha experimentado altibajos, con un crecimiento inicial después de la pandemia seguido de una desaceleración en las ventas. A pesar de los desafíos actuales, el sector se encamina hacia una mayor adopción de la movilidad sostenible, con la necesidad de mejorar la infraestructura de recarga y agilizar el acceso a las ayudas estatales para impulsar la transición hacia los vehículos eléctricos.