La quinta sesión del juicio por el crimen de Samuel Luiz ha sido breve pero intensa, con cinco testigos presenciales que han prestado declaración sin aportar datos esclarecedores sobre el papel de los acusados aquella fatídica noche.
En las declaraciones de los testigos, se ha destacado que inicialmente se pensó que la situación era una simple pelea, pero luego se percataron de la gravedad de la situación al ver a Samuel en el suelo con sangre en la boca. Uno de los testigos admitió que no le dio importancia en el momento, pensando que el chico estaba inconsciente, hasta que vio las noticias al día siguiente.
Los testigos coincidieron en que vieron a varias personas pegando, con ruido y confusión en el ambiente. Algunos mencionaron haber presenciado a alguien en el suelo recibiendo patadas, aunque no pudieron identificar a los agresores. Se mencionó también la presencia de una voz femenina pidiendo que se detuvieran, aunque no se pudo confirmar si era una de las acusadas.
En cuanto a la persecución que sufrió Samuel, los testigos describieron cómo el grupo se dispersó y se dirigió hacia donde continuó la agresión. Uno de los testigos vio a un grupo de personas alrededor de la víctima en el suelo, mientras que otro presenció a un grupo dando patadas a un individuo.
Se destacó que nadie intervino para separar a los agresores, y que no se pudo identificar a las personas involucradas en la agresión. Algunos testigos mencionaron haber escuchado ruidos de botellas y cristales, pero no pudieron precisar quién los había utilizado.
En general, los testigos se remitieron a sus declaraciones previas, realizadas poco después de los hechos, para aclarar dudas sobre lo que presenciaron aquella noche. La sesión del juicio ha dejado más incógnitas que respuestas, y la búsqueda de la verdad continúa en este caso tan trágico.